“In dubio pro operario” o lo que viene a ser lo mismo, en caso de duda a favor del trabajador.
Es uno de los principios que inspiran el ordenamiento laboral, aunque curiosamente no se encuentra recogido en ninguna norma laboral, y cuyo fin es proteger al trabajador.

Este principio no se puede utilizar de forma indiscriminada porque se corre el peligro de caer en una importante descompensación entre los intereses del trabajador y del empresario y tampoco se puede utilizar cuando no hay varias interpretaciones (todas válidas) a aplicar, ya que si no estaríamos contraviniendo una norma.
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